Foto-poemas colonienses
- Claudia Maiocchi
- 9 mar 2021
- 1 Min. de lectura
Se suman a los "Versos frágiles" de la entrada anterior. Todos tienen que ver con posar la mirada y sostenerla, ya sea en el paisaje externo como en el propio paisaje interior (ambos, igual de misteriosos).

Muerde el muelle su fuelle de espuma,
su esperma de bruma,
su espectro de mar:
¡es el río que aguarda y augura agua que se fuga
y fluye en su afán! Espoleada por palos pioneros protesta primero y rompe a llorar. En su orilla de pestañas blancas parpadeo pisadas...
Y la vida viene
y la vida va.

Por pequeños planetas paseo: sus historias aguadas de siglos, sus reliquias y ruinas sin nombre,
sus colores inciertos que cambian, su filigrana y filo en las plantas
de mis pies que tantean y avanzan,
se detienen y pasan
y ya.
El color cala hondo en los ojos y reverdece versos:
camalote mi pena que corre
a ensanchar el caudal
del olvido.


Cada año sucede:
el ibirapitá estalla
y el sol se mira
en un espejo roto
en infinitas partes,
como esquirlas de sol que más tarde pisamos
distraídos.


El bum inmobiliario de los horneros va embarazando estacas, postes y aleros...

Como el ego y el ser:
el uno entreverado y quebradizo,
el otro tan en calma y esperando
con una espuma leve que respira
y convoca,
me llama por mi nombre,
me refresca,
me invita a renacer.
Hay que atreverse a abandonar la orilla,
a soltar el disfraz.
A saberse desnuda
y en paz.
Claudia, qué placer leerte. Entra la naturaleza de Colonia a los ojos de quien lee y a través de la música de tu poesía; ellas se alojan en mi corazón y me acompañan, me animan. Alegría de conocerte.