Vodka -o la evolución de no encajar
- Claudia Maiocchi
- 31 jul 2021
- 2 Min. de lectura
En prosas breves, Marcela de Aracama despliega humor y emoción en su justa medida. Esta vez, una medida de...Vodka.

Unas patas peludas piden cobijo entre las mantas. Noche helada y sin calefacción. Su nariz confiada y húmeda me conmueve.
Entredormida, me ahueco, hago un lugar y abrazo su cuerpo blando que apretuja el mĆo.
Nos reconocimos casi de inmediato: rotas. Excluidas. Descartadas.
Ninguna encajaba: encajamos ambas.
Se acerca la Feria chica en Tribunales del 2019. Decisión tomada: cambio de rumbo. Llaves en mano, corazón también, cierro la oficina.
Suena el telĆ©fono de lĆnea. Ā”QuĆ© extraƱo! La voz en el contestador automĆ”tico me paraliza. Dudosa, trago saliva y atiendo el llamado que esperĆ© por aƱos.
No, Marce. Tomaste la decisión. No dejes que te encandilen los espejitos de colores. Baratijas de futuro roban presente. Promesas de pagoā¦promesas.
Agradezco- cuelgo- tiemblo.
Prendo las luces una vez mƔs y veo las cajas de archivo que confirman la mudanza.
Ya estĆ”. No importa. Tarde para que una oferta me enamoreā¦
En el camino, un encuentro casual. Reunión de trabajo café de por medio.
-ĀæQuerĆ©s adoptar una perrita? Se llama Vodka, es divina, pero no encajaāAdriana, con su descripción a borbotones.
Me rĆo:
-Nena, largÔ la profesión, me estÔs haciendo un alegato de oreja de la perra. ”Dale, que soy del palo! No me vas a convencer.
-Es muy buena y cariƱosa. Pasa que adoptamos otros perros. EstĆ” celosa y mordió a Marina. La pusimos en terapia de comportamiento con un veterinario, peroā¦. no hay caso.
-”A mà no me jodas! Ni loca le pongo psicólogo a un perro.
-¿La querés? -insiste.
Y despliega fotos.
-Me voy -respondo. -Se hace tarde y me esperan. ĀæSubĆs a la asamblea conmigo?
-Noooo, que vaya Marina -se refiere a su hija. -ĀæLo vas a pensar al menos? Dale. SerĆa genial que la adoptes. Te mando las fotos. EstĆ” en refugio, pobrecita.
-Te quiero, manipuladora de cuarta, ja ja.
Nos abrazamos y me voy.
Pasan unos dĆas: mudanza, expedientes. Aviso a mis clientes que atenderĆ© desde casa, con visita a las empresas. Me sorprenden felicitaciones y comentarios que adelantan tiempos virtuales: que siempre estoy. Que resuelvo.
No puedo dejar de pensar en la evolución. Treinta y cincos años antes era nadie sin oficina y hoy, pionera. Muy loco.
Eso sĆ: una cosa es resolver una movida profesional y otra muy diferente meter otro ser vivo en casa.
Encuesto a los chicos: adopción sà o no. Mundial en Rusia. Fer toma el nombre como señal divina. El voto resulta unÔnime.
Dispuesta a quedarse, Vodka baja de la camioneta de Adriana y Marina. Llega a casa con colchón, alimento, saquito de colores, correa.
Acordamos que estarĆa a prueba durante quince dĆas. Si se nos complicaba, volvĆa a su lugar. Yo debĆa ausentarme por reuniones de trabajo y quedarĆa solaā¦
-MamĆ”, parece que tiene plumas y no pelos... De carita es linda.
Me invade una ternura infinita. Tal vez la que siento por los no elegidos.
La observación del entorno laboral y el ahogo emocional me adelantaron a los tiempos de pandemia.
Construà un nuevo altar de trabajo y encontré la socia perfecta en una incondicional de cuatro patas.
Marcela de Aracama - Taller de Escritura Vivencial (TEV)